Jueves… claro, día azul!!

Jueves, 23 septiembre de 2010 a las 16:00 h. (hora local)

Hoy es jueves. Antes, los jueves solían ser uno de esos días a los que yo llamo “un día azul”. Aquí, hoy… he tenido mi primer día azul. Algunos o algunas creerán que día azul es sinónimo de bonito, agradable… pues nada de eso, es todo lo contrario. Y es que después de 2 semanas y media, y con todos los problemas que hemos tenido con las organizaciones, hoy… me ha dado un bajoncillo.

En alguna ocasión no os habéis preguntado, ¿qué hago yo aquí? ¿A qué he venido? Pues eso me lo llevo preguntando yo todo el día. Y es que realmente me encuentro frustrado. Desde hace muchos años tenía un sueño que deseaba realizar con todo mi corazón. Afortunadamente encontré a una persona que quería y deseaba participar de ese sueño, y además ha puesto todo de su parte por hacerlo realidad. Pero ahora, estando aquí, siento que me lo están arrebatando.

Llevamos casi 3 semanas peleando con unos y con otros para encontrar algo que hacer, para encontrar algo en el que volcar todas nuestras energías. Y solo hemos encontrado problemas. Creo que realmente, y lamentablemente, estamos viendo el lado oscuro y negro del voluntariado. Que mal comienzo! Y aunque uno intenta ser fuerte y ver la cara positiva de todo esto, hay días, como hoy, que se te viene todo abajo.

Cuando a una persona se le empieza a pasar por la mente el llevar a cabo algún tipo de voluntariado lo primero que hace es buscar información al respecto. La mayoría de esa información te dirige hacia alguna organización, asociación u ONG, ya que son ellas las que tienen mayor conocimiento sobre el asunto. Además siempre te dicen que es más efectivo un voluntariado organizado porque así las esperanzas, energía y trabajo no se pierden por el camino. Y es verdad, jamás lo he dudado. Soy de los que defienden que la cooperación y el voluntariado deben estar organizados y canalizados para que sean realmente eficaces. Por tanto, cuando a mi se me pasó por la mente realizar un voluntariado en África lo primero que hice fue ponerme en manos de gente experimentada y conocedora del tema. Gente que canalizara mis energías y me diera un objetivo para cuando llegara sobre el terreno.

Bien, pues con esa ilusión llegué yo a Ghana. Tenía un objetivo marcado por gente conocedora, tenía un proyecto y muchas ilusiones. Pero después de casi tres semanas, hoy todo eso parece que se me escurre entre los dedos. Y es que al llegar sobre el terreno todo parece que ha cambiado. Te encuentras con la otra cara de la moneda. Yo me imagino que siempre no será así, pero leches… que mal comienzo!! Te das cuenta de que no hay objetivo, de que no hay proyecto, de que no hay organización. Por tanto, te das cuenta de que estas solo.

Así que, te quedas sin objetivo, te quedas sin proyecto y lo peor, quieres ayudar y no sabes como. Ves a tu alrededor de que falta ayuda, pero tu realmente no sabes como ayudarles. Das vueltas de un lado para otro y lo único que pasa es que te sientes mal, te sientes impotente. En definitiva, uno se encuentra perdido. Yo, hoy, me encuentro perdido.

Como he dicho antes, seguro que esto pasa de vez en cuando, pero cuando pasa es bastante durillo afrontar esta situación. No dejo de pensar si en vez de ser nosotros los que nos encontramos con esta situación es alguna persona más joven, menos experimentada en viajar, menos “echá pa’lante”. ¿Qué hubiera pasado? Es así y mira con que ánimos me encuentro yo hoy!

En fin, realmente me encuentro triste, decepcionado, perdido. Me siento engañado, pero no engañado en el más estricto sentido de la palabra (que igual también un poco), si no en algo más profundo. Me siento engañado en mis sentimientos, en mis sueños. Hoy, desgraciadamente siento que me han ganado la batalla. Hoy, dejaría todo y cogería ahora mismo un billete de vuelta para casa, de vuelta con mis seres queridos, de vuelta con el rabo entre las piernas. Y me da rabia pensar así, porque yo no soy una persona que arroje la toalla. Pero hoy… es un día azul!

Jueves, 23 septiembre de 2010 a las 18:00 h. (hora local)

Mads me intenta ayudar, y como me conoce muy bien lo mejor que puede hacer es dejar que se me pase la tristeza. Ve en mi cara la decepción y se preocupa. Me dice que si me quiero volver, aún sabiendo que le diré: “ni de coña”. Sabe esperar, me conoce. Sabe que en breve tendré ánimos de decirle como me siento. Es un buen compañero, es paciente conmigo. Me deja, hasta que por fin empiezo a desahogarme. Y entonces mi tristeza me embarga por completo, pero sin embargo siento que mi día azul se va disipando poco a poco.

Becky me ha visto llegar y también ha visto la decepción en mi cara. Ella, que no me conoce, me pregunta que tal el día, y yo intentando sonreír le digo un triste: “fine, thanks”. Pero claro, no se lo traga. Ella también se preocupa por mí. Ella cree que no la he visto, pero no es así. La veo que disimuladamente, y aprovechando mi escaso inglés, le pregunta a Mads. Entonces, Becky me intenta animar. Pero no tengo el día, no tengo mi mente para forzarla con el inglés en estos momentos. Aún así ella es insistente. Me dice que ahora mismo nos vamos a ir a comprar una tarjeta telefónica para que hable con mi familia. Insiste tanto que al final me encuentro metido en el coche camino de no se donde para comprar la tarjeta. En fin, así es Becky!

Al final entre ella y Mads me empiezan a alegrar, a pesar de las noticias que nos cuenta Becky sobre la gentuza de la organización de aquí (esto ya os lo contaré una vez esté solucionado el problema definitivamente. Prometo un capitulo entero de todo lo sucedido), noticias nada positivas. Pero bueno, al final mi día azul va desapareciendo como el sol lo hace detrás de las nubes, para dar paso a una maravillosa luna llena, enorme y redonda.

Después de hablar con mi familia me encuentro mucho más animado y con ganas de encarar un nuevo día. Pero en estos momentos, que todo el mundo se ha ido a la cama y estoy solo, me he puesto a pensar en este día y la tristeza me vuelve a embargar. No dejo de sentirme perdido, sin rumbo. Pero sin embargo ahora el sentimiento es distinto. Ahora no me encuentro solo. Por tanto, mantengo esperanzas de que al final consigamos hacer algo interesante y podamos decir algún día que mereció la pena venir hasta aquí. También me hago una proposición y una firme promesa que espero poder llevarla a cabo, ambas, en un futuro cercano.

Pero mientras que eso ocurre y con el permiso de todos/as vosotros/as, ahora que reina el silencio voy a salir a fuera, voy a encenderme un pitillo y voy a contemplar durante un rato, en silencio y soledad, esa luna llena tan enorme. Y después… mañana será otro día!

Buenas noches!