Daisy ha cumplido hoy seis años. Suena muy inocente y, en verdad, muy inocente ha comenzado...
Sobre la hora de comer empiezan a llegar niños del barrio y poco a poco las pequeñas sillas rosas, ubicadas debajo de una gran carpa, se van llenando con caras repletas de curiosidad y expectativas ante el espectáculo del cumpleaños de una niña, sobrina de nuestra Becky. Por supuesto no faltan los altavoces extravagantes con música popular, el “altar” decorado con flores de plástico y detrás un pequeño sofá rojo destartalado, desde dónde la cumpleañera puede contemplar a sus invitados y otros curiosos que han llegado.
Bajo el control paterno se sirve la comida junto a una pequeña bolsita que contiene el postre; una rosquilla pequeña pero con una densidad igual a un pack entero de donuts. A nosotros nos sirven una cerveza, pero tal como avanza la fiesta no tardamos en sacar un cubata. Sacamos fotos, grabamos video y observamos a la cocinera bailando de manera poco apropiada con un par de botellas de Fanta naranja.
Al final llega la hermana menor de Becky, tiene 25 años y mucho peligro. Si no fuese porque su nombre, Tso-Tsoo, significa algo bastante obsceno en español (Cho-Cho en castellano, ¡dílo rápido unas cuantas veces!), uno, después de esta noche, podría llegar a creer que su nombre se ha elegido muy a propósito.
La Tso-Tsoo llega con dos amigos, después de haber estado en una comunión en donde habían bebido bastante. La música suena de unos altavoces pequeños, pero como es costumbre en África, el volumen está a tope. Sacamos una botella de whisky sabiendo que la mayoría no suele beber mucho, pero no teníamos a la Tso-Tsoo en cuenta... Paco la pone una copa, ella la mira y dice que “no está muy fuerte, así que agarra la botella y se llena medio vaso de whisky solo. Acto seguido coge el vaso y bebe su contenido como si fuese zumo. Esperábamos una cara retorcida como una persona que acaba de morder un limón, pero la Tso-Tsoo no. Con chulería y de manera obscena saca la lengua y consume las gotas de whisky que se la quedado en el labio superior. Esa fue la primera pista que adelantaba el peligro inminente.
Se suceden varios bailes obscenos en donde la Tso-Tsoo va mostrando sus grandes atributos (delanteros y detraseros). Hay risas y todo va siendo grabado en video, hasta que la Tso-Tsoo se pone delante de la cámara y confiesa que “su padre la cree virgen”. En varios momentos nuestros atributos masculinos delanteros son arrollados, literalmente, mediante el frotamiento apasionado por las amplias posaderas de la Tso-Tsoo.
Poco después acaba la fiesta en el porche de Becky. Ya habíamos dado más que suficiente material para los vecinos cotillas, y Tso-Tsoo no solo había soltado su lengua demasiado, también su cuerpo parecía estar buscando algo suelto...
Llamamos a un taxi a que los lleve a sus casas, pero antes de subir al taxi la Tso-Tsoo ofrece un número extra a los espectadores al caerse redonda entre la casa de Becky y la tienda de su cuñada. Su hermano mayor sale de la tienda de su esposa para ayudar a poner a su hermana menor, la más pequeña, en pie.
Espero que la sobrina Daisy no llegó a ver cómo acabó su sexto cumpleaños para algunos...
Al final llega la hermana menor de Becky, tiene 25 años y mucho peligro. Si no fuese porque su nombre, Tso-Tsoo, significa algo bastante obsceno en español (Cho-Cho en castellano, ¡dílo rápido unas cuantas veces!), uno, después de esta noche, podría llegar a creer que su nombre se ha elegido muy a propósito.
La Tso-Tsoo llega con dos amigos, después de haber estado en una comunión en donde habían bebido bastante. La música suena de unos altavoces pequeños, pero como es costumbre en África, el volumen está a tope. Sacamos una botella de whisky sabiendo que la mayoría no suele beber mucho, pero no teníamos a la Tso-Tsoo en cuenta... Paco la pone una copa, ella la mira y dice que “no está muy fuerte, así que agarra la botella y se llena medio vaso de whisky solo. Acto seguido coge el vaso y bebe su contenido como si fuese zumo. Esperábamos una cara retorcida como una persona que acaba de morder un limón, pero la Tso-Tsoo no. Con chulería y de manera obscena saca la lengua y consume las gotas de whisky que se la quedado en el labio superior. Esa fue la primera pista que adelantaba el peligro inminente.
Se suceden varios bailes obscenos en donde la Tso-Tsoo va mostrando sus grandes atributos (delanteros y detraseros). Hay risas y todo va siendo grabado en video, hasta que la Tso-Tsoo se pone delante de la cámara y confiesa que “su padre la cree virgen”. En varios momentos nuestros atributos masculinos delanteros son arrollados, literalmente, mediante el frotamiento apasionado por las amplias posaderas de la Tso-Tsoo.
Poco después acaba la fiesta en el porche de Becky. Ya habíamos dado más que suficiente material para los vecinos cotillas, y Tso-Tsoo no solo había soltado su lengua demasiado, también su cuerpo parecía estar buscando algo suelto...
Llamamos a un taxi a que los lleve a sus casas, pero antes de subir al taxi la Tso-Tsoo ofrece un número extra a los espectadores al caerse redonda entre la casa de Becky y la tienda de su cuñada. Su hermano mayor sale de la tienda de su esposa para ayudar a poner a su hermana menor, la más pequeña, en pie.
Espero que la sobrina Daisy no llegó a ver cómo acabó su sexto cumpleaños para algunos...
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